Es frustrante salir de una conversación sintiéndose completamente incomprendido. Incluso podría haber pensado que period muy claro, pero el mensaje no llegó como esperaba. Esto sucede todo el tiempo, especialmente en el lugar de trabajo, donde se supone que la comunicación es clave, pero a menudo se siente más como un juego de adivinanzas. El problema no es necesariamente que lo que dices esté mal, sino que lo que crees que estás diciendo no siempre es lo que los demás escuchan. Entonces, ¿qué está pasando? La respuesta suele estar en la percepción. El mensaje que envías se filtra a través de las experiencias, emociones y prejuicios de la otra persona. Esta es la “trampa de la percepción” en funcionamiento: lo que crees que estás comunicando no siempre es lo que recibes.
Por qué la percepción importa más de lo que cree en el lugar de trabajo
La percepción lo es todo. Todos tenemos nuestros propios filtros únicos que dan forma a cómo interpretamos la información. Estos filtros se construyen a partir de nuestras experiencias pasadas, influencias culturales e incluso nuestros estados de ánimo actuales. Es por eso que dos personas pueden escuchar las mismas palabras y terminar con interpretaciones completamente diferentes de la conversación.
Tomemos como ejemplo un easy correo electrónico. Para usted, puede parecer sencillo, pero para el destinatario, puede parecer desdeñoso, demasiado directo o incluso condescendiente. Sin darnos cuenta, hablamos a través de nuestra propia lente, sin tener en cuenta el hecho de que otros están procesando el mensaje a través de la suya.
Cómo aparecen las percepciones desalineadas en el lugar de trabajo
Las percepciones desalineadas ocurren todo el tiempo en el trabajo. Tal vez haya tenido una conversación con un miembro del equipo y pensó que había dejado todo claro, solo para descubrir que estaba confundido más tarde. O tal vez hayas dado comentarios constructivos, sólo para que sean recibidos como críticas. En ambos casos, el problema no es el mensaje en sí, sino la percepción del mismo.
Aquí tienes un ejemplo: tienes una gran reunión por delante y quieres enfatizar lo essential que es para el equipo alcanzar sus objetivos. Dices algo como: “Necesitamos alcanzar estos números o estaremos en serios problemas”. Para usted, es un llamado a la acción. Pero para su equipo, podría parecer una amenaza o una señal de que no confía en ellos.
El mensaje está claro en tu mente. Pero para otros, es una historia diferente.
Por qué no siempre nos damos cuenta de la trampa de la percepción al comunicarnos
Esta es la cuestión: a menudo no nos damos cuenta de que estamos cayendo en la trampa de la percepción. La mayoría de las veces asumimos que nuestro mensaje es claro porque lo entendemos nosotros mismos. Pero eso no es suficiente. La comunicación es una vía de doble sentido. Cuando hay una desconexión entre la intención y la recepción, el resultado es confusión, frustración y, a veces, incluso una ruptura en las relaciones.
La verdad es que no nos comunicamos sólo a través de palabras. Nuestro tono, lenguaje corporal y sincronización influyen en cómo se recibe nuestro mensaje. Y cuando se trata de equipos diversos, diferencias culturales o conversaciones de alto riesgo, la brecha de percepción puede ampliarse aún más.
Cómo cerrar la brecha de percepción para mejorar la comunicación en el trabajo
Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de que lo que estás diciendo es realmente lo que la gente escucha? A continuación se muestran algunas formas de navegar por la trampa de la percepción:
1. Sea claro y conciso
Cuanto más dices, más lugar hay para malas interpretaciones. Mantenga su mensaje easy y directo. No sobrecargues a tu audiencia con información que no necesita. En caso de duda, haga una pausa y asegúrese de que su punto sea el previsto.
2. Solicite comentarios
Si no está seguro de cómo llega su mensaje, pregunte. “¿Eso tenía sentido?” “¿Qué te parece eso?” Estas preguntas brindan a otros la oportunidad de expresar cualquier confusión y lo ayudan a ajustar su mensaje antes de que se convierta en una espiral.
3. Utilice la escucha activa
Escuchar es tan importante como hablar. A menudo, la reacción de la otra persona puede indicarle si hay una desconexión. Presta atención a su lenguaje corporal, expresiones faciales e incluso al tono de voz. Si algo no se siente bien, tómate un momento para comprobarlo y aclararlo.
4. Reformule y confirme
A veces, la mejor manera de garantizar que su mensaje se reciba correctamente es reformularlo. Esto no significa que estés explicando demasiado, sino que te estás tomando el tiempo para asegurarte de que todos estén en la misma página. Reformular también ayuda a aquellos que pueden haber omitido puntos clave la primera vez.
5. Sea empático
Ponte en el lugar de la otra persona. Considere su perspectiva, sus antecedentes y sus posibles prejuicios. Cuando hables, adapta tu mensaje para que resuene con el lugar de donde provienen. Este pequeño ajuste puede ser de gran ayuda para garantizar que su comunicación sea efectiva.
El poder de la inteligencia emocional en la percepción
La inteligencia emocional (IE) es esencial para gestionar la percepción. Cuando eres consciente de tus propias emociones y de las señales emocionales de los demás, estás en una mejor posición para evitar la trampa de la percepción. Reconocer cuando alguien está desconectado o confundido, por ejemplo, le permite ajustar su comunicación antes de que descarrile.
Tener un cociente emocional (EQ) alto también significa poder common las propias emociones durante las conversaciones. Ya sea que esté brindando comentarios o discutiendo un tema desafiante, mantener la calma y la compostura ayuda a garantizar que el mensaje que desea transmitir se escuche de la manera prevista.
El poder de la claridad y la conexión para evitar la falta de comunicación
La próxima vez que entres en una conversación, tómate un momento para considerar cómo se podrían escuchar tus palabras, no solo lo que estás diciendo. Al comprender la trampa de la percepción y ajustar su enfoque, puede evitar la falta de comunicación y construir conexiones más fuertes y efectivas. En un mundo que se mueve a la velocidad del rayo, es tentador apresurar las conversaciones o enviar correos electrónicos rápidos sin pensarlo dos veces. Pero el verdadero poder de la comunicación reside en su claridad y en la forma en que fomenta el compromiso actual. Entonces, la próxima vez que creas que lo has dicho todo, haz una pausa, escucha y pregunta: ¿Qué están escuchando realmente?