El Departamento de Justicia (DOJ) exige actualmente que Google venda Chrome, el navegador de Web más fashionable del mundo. Vaya, otra vez no…
Viajando atrás en el tiempo, en 2002 Web Explorer (IE) de Microsoft podía reclamar el 94 por ciento del mercado de navegadores net. Ese period el problema, aunque no para los consumidores, sino para Microsoft. Así como las formas innovadoras de Google para conquistar el mercado están atrayendo la atención de los antimonopolio en el presente, también lo hicieron con Microsoft en el pasado.
La easy verdad es que el Departamento de Justicia siempre está en pie de guerra contra las empresas que poseen la temeridad de no sólo satisfacer las necesidades de los consumidores, sino también dirigir a ellos. Por ofrecer a los consumidores mucho más de lo que jamás imaginaron que querían, la recompensa de Microsoft fue una exigencia del Departamento de Justicia de que separara IE de los paquetes de software program de Home windows que vendía a consumidores muy ansiosos.
Consideremos por un momento el momento en el que se promulgó este extraño decreto: a finales de los años 1990, cuando el uso de Web se estaba disparando y cuando la gente (también conocida como el mercado) habían elegido abrumadoramente IE como su camino preferido hacia una Web de la que no se cansaban. El decreto del Departamento de Justicia fue el equivalente a que los burócratas federales exigieran que GM vendiera sus automóviles sin motor en su inside.
Si mientras lee esto está desconcertado por el pasado y el ahora de las acciones del Departamento de Justicia, tenga la seguridad de que el cofundador de Microsoft, Invoice Gates, también lo estaba. Como Gates preguntó frustrado en medio de los ataques a su empresa: “¿Se nos permite seguir innovando en productos y en el propio Home windows?”
Los ejecutivos y accionistas de Google deben preguntarse lo mismo. Plenamente conscientes de que están compitiendo en los sectores empresariales más competitivos de los competitivos (ver las valoraciones de Google, Meta, Microsoft, Apple y otras empresas tecnológicas si está confundido), los ejecutivos y empleados de Google se levantan cada día agresivamente en busca de maneras de seguir siendo relevante y básico en un mercado bien poblado por los posibles sustitutos de Google, pero ahora se les cube que si logran satisfacer y liderar las necesidades de los consumidores, su recompensa serán demandas del Departamento de Justicia exigiéndoles que vendan los activos que les han traído la empresa tanta popularidad en primer lugar.
En serio, ¿por qué innovar si te verás obligado a vender lo que has creado con descuento? A lo que algunos podrían preguntarse qué se entiende por descuento. La respuesta es muy easy: ningún comprador de Chrome pagaría el precio completo suponiendo que Google lo vendiera a la luz del conocimiento del mercado de que la venta sería coaccionada.
Todo lo cual plantea otro punto, seguido de una pregunta. Fue el genio de Google lo que hizo que Chrome fuera tan valioso, ¿entiendes? Para luego pretender que Chrome todavía estaría Cromo si no es propiedad de Google insulta el sentido común. No lo olvidemos, fue una vez más el genio dentro Google que hizo tan fashionable su navegador, momento en el que el DOJ va a forzar una venta a Google y Chrome. derrotar en el mercado?
Lo que hace que las acciones del Departamento de Justicia sean cómicas, tristes y al mismo tiempo inútiles se refiere a una noticia de ayer. Resulta que OpenAI, el creador de ChatGPT, está considerando lanzar su propio navegador net. ¿Tendrá éxito, al igual que vencerá a Chrome?
Sin saber la respuesta a lo anterior, es fácil decir que una competencia entre Chrome y OpenAI casi con certeza redundaría en beneficio del consumidor, que es el objetivo de los mercados en primer lugar. Esperemos que suceda. En serio, ¿podrías culpar a OpenAI por pasar la competencia con pleno conocimiento de lo que pasó con los dos últimos campeones de navegadores net?