España ha anunciado que regularizará la situación de cientos de miles de inmigrantes indocumentados por año hasta 2027. Esto se produce cuando el país enfrenta una enorme escasez de mano de obra en medio del impacto del declive demográfico. A diferencia de los líderes de otras partes de Europa, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, está adoptando un enfoque mucho más pragmático ante el complicado tema de la migración en el país.
El programa fue anunciado por la ministra de Migraciones de España, Elma Saiz. Expuso el plan a la emisora estatal, que incluye otorgar visas de residencia y trabajo a hasta 300.000 inmigrantes indocumentados por año hasta 2027.
“Somos el único país de la Unión Europea que tiene una figura específica para ‘regularizar’ día a día a las personas mediante la residencia”, afirmó Saiz en un comunicado.
España, como muchos otros estados miembros de la UE, enfrenta una escasez histórica de mano de obra, a medida que los ciudadanos españoles quedan fuera de la fuerza laboral y los jóvenes españoles optan por no ingresar a diversos oficios o abandonar el país por completo. Se trata de un problema grave para Europa, que amenaza tanto el crecimiento económico como la estabilidad del sistema de bienestar social. Otros países, como Alemania, han reconocido el problema y han implementado sistemas para tratar de atraer trabajadores extranjeros calificados mediante la reforma de los sistemas de visas. Recientemente, países del este de la UE, como Polonia, se han beneficiado de la entrada de un gran número de ucranianos que huyen de la guerra de Rusia en los últimos años, aunque esta oferta de mano de obra ha comenzado a disminuir.
Al mismo tiempo, muchos países y gobiernos europeos están luchando con una atmósfera política muy cargada en torno a la migración irregular: personas que cruzan a Europa sin aprobación previa para solicitar asilo o buscar protección humanitaria. Cientos de miles de personas llegan de esta manera a Europa cada año, lo que ha dado mucho materials a los partidos y comentaristas antiinmigración para avivar los temores sobre el impacto social y económico de dicha migración.
El gobierno de España, a diferencia de los de otras naciones ricas de la UE que luchan con una percibida “disaster” por la migración irregular, parece estar adoptando un enfoque pragmático al combinar ambos temas. Los gobiernos normalmente no quieren tener una gran cantidad de inmigrantes indocumentados en su territorio y, al mismo tiempo, el país necesita urgentemente más mano de obra. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha dado a conocer en los últimos tiempos al pronunciarse a favor de la inmigración a Europa, en un momento en el que muchos dirigentes abogan por muros más altos.
“Acoger a quienes vienen del extranjero en busca de una vida mejor no es sólo un deber que el derecho internacional nos obliga a cumplir, sino también un paso esencial para garantizar la prosperidad y sostenibilidad de nuestro Estado de bienestar”, dijo Sánchez a principios de 2024.
Los programas de regularización no son desconocidos en todo el mundo, y muchas naciones europeas los han llevado a cabo a lo largo de los años. Si bien pueden ser políticamente complicados, dependiendo de cuánto sentimiento antiinmigración haya en el país en ese momento, ofrecen a los gobiernos muchas ventajas a la hora de incluir a las personas en la base impositiva del país, además de ayudar a garantizar que los indocumentados la gente no cae totalmente en economías y sociedades “ocultas” en los márgenes del país.
El programa español comenzará en mayo de 2027, según el gobierno.